Me sorprendí cuando entré y noté que estaba colmado de gente; tanto así que había que hacer cola para poder acceder a una de las máquinas trotadoras. Ni hablar de lo llena que estaban las salas con clases dirigidas. En realidad… una lata para los que veníamos llegando y buscábamos botar tensiones, o sólo distraernos un poco.
Como ya es costumbre, más de la mitad de los que asisten al gimnasio son mujeres, y digámoslo así: “que patéticas se ven”!!!. Ya es una tradición del chileno internarse en un gimnasio en estos meses del año, con el fin de prepararse para el verano. Mientras más pesadas sean sus rutinas de pesas y ejercicios, mejor se sienten; alivianan las conciencias.
En conclusión, los gimnasios son circos que invadieron nuestro país; llego a esta hipótesis porque he sido testigo de este fenómeno durante 6 meses, en donde me ha tocado ir viendo a los distintos personajes de este centro de entretención para las masas, como: los cabezas de músculos, vigorexicos, top’s, payasos, mediáticos; no obstante, los que más me llaman la atención son los “ignorantes”. Si, estos últimos son los más numerosos, y únicos en su especie; son los que están 3 meses comiendo puras lechugas y con sudar un poco se sienten dueños del mundo, para que luego de que se esconda el Sol vuelvan a la obesidad que los invade; para luego volver a bajar y castigarse, y así seguir con ese círculo vicioso; creo que más bien podrían hacerse llamar “los masoquistas”, porque una persona normal no se sometería a lo mismo siempre.
Si existiera un poco más de cultura corporal, obviamente que estas “lacras” estarían extintas; pero, como sólo nos conformamos con ser los jaguares de Latinoamérica y no mundiales, seguiremos llenando los bolsillos de estos magnates que nos brindan este centro de entretención, del cual nosotros llegamos a ser los protagonistas.
Sólo es cosa de coherencia: Así como 1+1=2 es igual a que si visito un Mc Donalds, periódicamente, ello acarreará problemas al organismo que desembocarán en una obesidad incontrolable.
Fíjate!!!!
